Un día, de repente suena el teléfono para darte una mala noticia. Y piensas, no puede ser. Pero te coges un tren, sin más demora, y te vas hacia allá. Armas el numerito en el tren. Y llegas allí, a enfrentarte con la vida. Una vida que a veces te da alegrías, y otras te da penas. Y, ¿qué haces si te da penas? Pues que vas a hacer, seguir adelante. Porque la vida es bonita, y hay que vivirla.
Has sigut la meua segona mare. Sempre t'estimaré, iaia.
:(
ResponEliminaAmunt!